Parte del entrenamiento de un samurái era saber cómo y cuándo dar el gran paso del seppuku, pues un auténtico samurái temía más al deshonor y la vergüenza que a la propia muerte.
Por otra parte, desde tiempos remotos los japoneses pensaban que tanto el alma como el espíritu humano se encontraban en un punto del vientre, denominado hara, situado a unos a dos dedos del ombligo, entre éste y la columna vertebral, en el que se concentra el ki (la energía vital), de ahí que fuera éste el punto elegido para acabar con la vida. Esta forma horrible de suicidio, habiendo otras mas “caseritas” como los venenos, reside en la concepción japonesa de la belleza, gran parte de la cual se encuentra en la capacidad de soportar el dolor.
El acto era un ritual que se hacia en compañía de un asistente, quien cortaba la cabeza del suicida (tan queridito él, tan colaborador), inmediatamente después de que este se atravesaba el estomago con el wakizashi, la espada más corta de las dos que portaban los samuráis -la otra era la katana.
El acto era un ritual que se hacia en compañía de un asistente, quien cortaba la cabeza del suicida (tan queridito él, tan colaborador), inmediatamente después de que este se atravesaba el estomago con el wakizashi, la espada más corta de las dos que portaban los samuráis -la otra era la katana.
El final de la historia es muy larga, pasaron muchos siglos, en nuestros días ya no existen los samurai, pero el bushido (el código de ética samurai) sigue muy presente en la sociedad japonesa, todos son leales a una causa, a su familia, a su patria, y han logrado hacer de este minúsculo Archipielago un gigante.
Equivocados o acertados, lo único cierto es que todo lo que se hace con convicción y entrega genera resultados.
Estan muy buenos y variados los articulos, sigue enviandonos informacion, un beso
ResponderBorrarFelipe